Día Trigésimo – Mañana:
Oh Espíritu Creador, que cubres eternamente las tierras y aguas de la tierra, dotándolas de formas y colores que ninguna habilidad humana puede copiar, dame hoy, te ruego, la mente y el corazón para regocijarme en Tu creación.
Prohíbe que camine por Tu hermoso mundo con ojos que no ven:
Prohíbe que el atractivo del mercado robe por completo mi corazón del amor por los campos abiertos y los árboles verdes:
Prohíbe que bajo el bajo techo del taller u oficina o estudio olvide alguna vez Tu gran cielo que todo lo abarca:
Prohíbe que cuando todas Tus criaturas estén saludando la mañana con cantos y gritos de alegría, yo solo muestre un rostro apagado y sombrío:
Deja que la energía y el vigor que en Tu sabiduría has infundido en todo ser viviente, hoy también agiten mi ser, para que no esté yo entre Tus criaturas como un perezoso o un autómata:
Y sobre todo dame gracia para usar estas bellezas de la tierra que me rodea y este fervor de vida dentro de mí como medios por los cuales mi alma pueda elevarse de criatura al Creador, y de la naturaleza al Dios de la naturaleza.
Oh Tú, cuya divina ternura siempre sobrepasa los estrechos amores y caridades de la tierra, concédeme hoy un corazón bondadoso y gentil hacia todas las cosas que viven. Haz que no dañe cruelmente a ninguna de Tus criaturas. Hazme pensar también en el bienestar de los niños pequeños, de los enfermos y de los pobres; recordando que lo que hago al más pequeño de estos Tus hermanos, a Ti lo hago, por Jesucristo mi Señor. Amén.
Día Trigésimo – Tarde:
Dios todopoderoso y siempre bendito, que en ningún tiempo te has dejado sin testimonio entre los hombres, sino que en cada época has levantado espíritus santos y proféticos para guiarnos en el camino de la fe y del amor, alabo Tu nombre por el don de Tu santo apóstol, San Pablo. Te agradezco el celo con que dotaste a nuestra raza occidental de aquella lámpara de verdad que Tú encendiste en una tierra oriental.
San Pablo dijo:
“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como también Dios os perdonó en Cristo.”
Oh Dios, inclina mi corazón a seguir este camino.
San Pablo dijo:
“Vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.”
Oh Dios, inclina mi corazón a seguir este camino.
San Pablo dijo:
“Golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre.”
Oh Dios, inclina mi corazón a seguir este camino.
San Pablo dijo:
“Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien, con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.”
Oh Dios, inclina mi corazón a seguir este camino.
San Pablo dijo:
“El que se gloría, gloríese en el Señor.”
Oh Dios, inclina mi corazón a seguir este camino.
San Pablo dijo:
“Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros, para que Dios nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo.”
Oh Dios, inclina mi corazón a seguir este camino.
Oh Dios, oro esta noche especialmente por todos los que, siguiendo las pisadas de San Pablo, ahora trabajan para llevar la luz del evangelio de Cristo a tierras extranjeras. Amén.
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