Día Dieciocho — Mañana
Oh Tú, cuya presencia eterna está oculta tras el velo de la naturaleza, que iluminas la mente del hombre y que fuiste hecho carne en Jesucristo nuestro Señor, te doy gracias porque Él me ha dejado un ejemplo para que yo siga Sus pasos.
Jesucristo dijo: No os hagáis tesoros en la tierra, sino haceos tesoros en el cielo.
— Oh Dios, inclina mi corazón a seguir este camino.
Jesucristo dijo: Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia.
— Oh Dios, inclina mi corazón a seguir este camino.
Jesucristo dijo: Haced bien, y prestad, no esperando nada a cambio.
— Oh Dios, inclina mi corazón a seguir este camino.
Jesucristo dijo: Amad a vuestros enemigos.
— Oh Dios, inclina mi corazón a seguir este camino.
Jesucristo dijo: Velad y orad, para que no entréis en tentación.
— Oh Dios, inclina mi corazón a seguir este camino.
Jesucristo dijo: No temas, solamente cree.
— Oh Dios, inclina mi corazón a seguir este camino.
Jesucristo dijo: Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
— Oh Dios, inclina mi corazón a seguir este camino.
Jesucristo dijo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
— Oh Dios, inclina mi corazón a seguir este camino.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal; porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.
Día Dieciocho — Tarde
Oh Padre divino, cuya misericordia siempre espera a aquellos que vuelven a Ti en verdadera humildad y contrición de corazón, escucha ahora a este humilde suplicante que necesita tu ayuda. Con valentía salí esta mañana al comenzar un nuevo día; ahora me acuesto avergonzado y cargado con recuerdos de cosas que no hice y debí haber hecho, y de cosas que hice y no debí haber hecho. Tráeme de nuevo, oh Dios, tu poder sanador y purificador, para que nuevamente pueda asirme de la salvación que me has ofrecido por medio de Jesucristo mi Señor.
— Por mi corazón engañoso y pensamientos torcidos:
— Por palabras punzantes dichas deliberadamente:
— Por palabras imprudentes dichas apresuradamente:
— Por ojos envidiosos y curiosos:
— Por oídos que se deleitan en la iniquidad y no en la verdad:
— Por manos codiciosas:
— Por pies errantes y ociosos:
— Por miradas altivas:
Ten misericordia de mí, oh Dios.
"Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos."
Dios todopoderoso, Espíritu de pureza y gracia, al pedir tu perdón no puedo reclamar derecho alguno a ser perdonado, sino que me arrojo únicamente sobre tu amor sin límites.
No puedo alegar mérito ni recompensa:
No puedo alegar circunstancias atenuantes:
No puedo alegar la fragilidad de mi naturaleza:
No puedo alegar la fuerza de las tentaciones que enfrento:
No puedo alegar las persuasiones de otros que me llevaron al error:
Solo puedo decir: Por amor a Jesucristo, tu Hijo, mi Señor. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario