(Domingo – Mañana):
Santo, Santo, Santo, Señor Dios Todopoderoso; el cielo y la tierra están llenos de Tu gloria; gloria sea a Ti, oh Señor Altísimo.
Oh Dios, imploro Tu bendición sobre este día de reposo y renovación. Permite que hoy me regocije en Tu adoración y en el gozo de cantar Tus alabanzas. Prohíbe, te ruego, que hoy sólo mi cuerpo sea refrescado y no también mi espíritu. Dame gracia para un acto de recogimiento interior que vuelva a reunir las fuerzas dispersas de mi alma. Concédeme poder apartarme un poco del ajetreo de la vida común y tomar tiempo para reflexionar sobre su significado y su fin. Que Jesucristo sea hoy el compañero de mis pensamientos, de modo que Su humanidad divina tome cada vez más espacio en mi alma. Que Él esté en mí y yo en Él, así como Tú estabas en Él y por medio de Él estés en mí y yo halle descanso en Ti.
Oh Tú, que eres la Fuente y la Raíz de toda verdad, Luz de luces, que has abierto la mente de los hombres para discernir las cosas que son, guíame hoy, te ruego, en mis horas de lectura. Dame gracia para escoger los libros correctos y leerlos de la manera correcta. Dame sabiduría para abstenerme tanto como para perseverar. Haz que la Biblia tenga su lugar debido; y concédeme que, al leer, pueda estar vivo a los impulsos de Tu Santo Espíritu en mi alma.
Te ruego, oh Dios, por todos los corazones humanos que hoy son elevados hacia Ti en sincero deseo, y por cada grupo de hombres y mujeres que se reúnen para alabar y engrandecer Tu nombre. Sea cual sea su forma de adoración, dígnate aceptar sus humildes actos de oración y alabanza, y condúcelos a la vida eterna, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Domingo – Tarde
Espíritu Santo de Dios, Tú que eres un huésped bondadoso y dispuesto en todo corazón lo bastante humilde como para recibirte, estate ahora presente en mi corazón y guía mi oración.
Por todas las oportunidades y privilegios de este día, te doy gracias, oh Señor:
Por el descanso que hoy he tenido del constante trajín de las obras cotidianas:
Por Tu invitación a guardar santo este día para Ti:
Por la casa de oración y el ministerio del culto público:
Por el bendito sacramento en el cual, cada vez que comemos y bebemos, recordamos la muerte de nuestro Señor y probamos Su presencia viva:
Por todos los símbolos terrenales por medio de los cuales las realidades celestiales han afianzado hoy mi alma:
Por los libros que he leído y la música que me ha elevado:
Por la amistad y comunión de este día:
Por la paz sabática de los hogares cristianos:
Por la paz interior que ha reinado en mi corazón.
Concédeme, oh Padre celestial, que el refrigerio espiritual que hoy he gozado no quede atrás y en el olvido cuando mañana vuelva al ciclo de las tareas comunes. Aquí hay una fuente de fortaleza interior. Aquí hay un viento purificador que debe soplar a través de todos mis quehaceres y placeres. Aquí hay luz para iluminar todo mi camino. Por tanto, oh Dios, haz que pueda disciplinar mi voluntad de tal manera que, en horas de tensión, busque sinceramente aquellas cosas por las que he orado en horas de paz.
Antes de acostarme, encomiendo a Tu cuidado a todos mis seres queridos, a los que amo y que me aman; por medio de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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