Día 23

 Día Veintitrés – Mañana

Padre Santo, de quien procede todo bien, haz que las virtudes cristianas de la fe, la esperanza y la caridad se establezcan cada día con mayor firmeza en mí.

Oh Dios, yo creo—
que Tú gobiernas todas las cosas con sabiduría y justicia;
que me has llamado a ser Tu fiel siervo;
que justamente exiges de mí completa obediencia a Tu voluntad;
que en Jesucristo me has mostrado un camino de salvación por el cual puedo ser librado de mis pecados;
que si me arrepiento de verdad, Tú estás dispuesto a perdonar y salvarme.

Oh Dios, yo espero—
en la continuidad de Tus misericordias diarias;
en que la fuerza del pecado disminuya sobre mi voluntad;
en crecer en gracia y verdadera santidad de día en día;
en una santidad más perfecta cuando mis días en la tierra hayan terminado;
en un día en que conoceré plenamente como también soy conocido.

Oh Dios, yo te amo—
Tú mismo eres amor;
en amor me creaste y en amor aún me sostienes;
me amaste tanto que enviaste a Tu Hijo a sufrir y morir para que yo pudiera vivir contigo;
me has mandado mostrar mi amor hacia Ti amando a mi prójimo por Tu causa.

Ayuda mi incredulidad, oh Dios, dame mayor paciencia en mi esperanza y hazme más constante en mi amor. Que en amar crea y en creer ame; que en amar y creer espere una santidad más perfecta, un amor más perfecto y una fe más firme, por Jesucristo mi Señor. Amén.

Día Veintitrés – Tarde

Oh Dios eterno, que la luz de Tu eternidad caiga ahora sobre mis días que pasan. Oh Dios santo, que la luz de Tu perfecta justicia caiga sobre mis caminos pecaminosos. Oh Dios misericordioso, que la luz de Tu amor penetre en los rincones más secretos de mi corazón y venza la oscuridad del pecado en mí.

¿Vivo como aprueba mi conciencia?
¿Exijo de los demás un estándar de conducta más alto que el que me exijo a mí mismo?
¿Soy menos caritativo al juzgar las faltas de mis vecinos que al juzgar las mías propias?
¿Defiendo en público principios que no practico en privado?
Que mi respuesta ante Ti sea verdadera, oh Dios.

¿Permito que los apetitos corporales tengan precedencia sobre los intereses espirituales?
¿A cuál le doy el beneficio de la duda, cuando no está claro mi camino?
¿Permito que el pensamiento de mi propia ganancia tenga precedencia sobre los intereses de la comunidad?
¿A cuál le doy el beneficio de la duda, cuando no está claro mi camino?
Que mi respuesta ante Ti sea verdadera, oh Dios.

¿En mi vida diaria, enfrento el estrés de las circunstancias con hombría y valor?
¿Soy agradecido por mis muchas bendiciones?
¿Permito que mi felicidad dependa demasiado del dinero, del éxito en los negocios o de la buena opinión de los demás?
¿La simpatía que muestro hacia quienes están en problemas es proporcional a la compasión que gastaría en mí mismo si me sucediera lo mismo?
Que mi respuesta ante Ti sea verdadera, oh Dios.

Crea en mí un corazón limpio, oh Dios; y renueva un espíritu recto dentro de mí. Por Jesucristo, amén.