Ni sangre hay, ni altar
D ANi sangre hay, ni altar;
A7 D
cesó la ofrenda ya;
D Bm Em A
no sube llama ni humo hoy,
Em A D
ni más cordero habrá.
D A Bm E A
Empero ¡he aquí la sangre de Jesús!,
D Bm D A7 D
que quita la maldad y al hombre da salud
Con gratitud, Señor,
la sangre veo brotar
que dio la paz al pecador,
triunfando en su lugar.
Gran triunfo sobre el reino de Satán:
ni queda un enemigo, ni otra lucha habrá.
Con gratitud, Señor,
tu gracia acepto yo,
que sobrepuja nuestro mal.
Del Padre es este amor;
amor del Hijo eterno que murió;
y amor del Santo Espíritu, del Trino Dios.
Con gratitud, Señor,
acudo para tomar
de la esperanza que nos das,
cual ancla, firme está
del velo adentro, donde el Precursor
entró, y hoy vive por nosotros ante Dios.
Con gratitud, Señor,
corona espero yo.
De vida y gloria ceñirás
a cada vencedor.
Ningún laurel marchito el Juez dará,
mas como el trono eterno de Jehová será.
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