Zacarías13.1 Salmo51.7 Isaías1.18
D
¡Alabado el gran manantial
A
que de sangre Dios nos mostró!
D
¡Alabado el Rey que murió;
A D
su pasión nos libra del mal!
G D
Lejos del redil de mi dueño,
G E A A7
vime pecador, perdido y vil.
D
El Cordero sangre vertió;
A D
me limpia sólo este raudal.
D A
Sé que solo así
Em7 A D
me emblanqueceré.
D G
Lávame en tu sangre, Jesús,
D A D
y nívea blancura tendré.
D
La punzante insignia llevó;
A
en la cruz dejó de vivir.
D
Grandes males quiso sufrir;
A D
no en vano Cristo sufrió.
G D
Al gran manantial conducido,
G E A A7
que de mi maldad ha sido fin,
D
«Lávame» le pude decir,
A D
y nívea blancura me dio.
D A
Sé que solo así
Em7 A D
me emblanqueceré.
D G
Lávame en tu sangre, Jesús,
D A D
y nívea blancura tendré.
D
Padre, de Ti lejos vagué;
A
extraviose mi corazón.
D
Como grana mis culpas son;
A D
no con agua limpio seré.
G D
A tu fuente magna acudí;
G E A A7
tu promesa creo, oh Jesús;
D
la eficaz virtud de tu don,
A D
la nívea blancura me dé.
D A
Sé que solo así
Em7 A D
me emblanqueceré.
D G
Lávame en tu sangre, Jesús,
D A D
y nívea blancura tendré.
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