¡Qué carga inmensa!
C F C¡Qué carga inmensa, oh Señor,
F C
fue impuesta sobre Ti!
C F C
Tú padeciste por amor
Dm G
el mal que merecí,
C F C F
cuando en la cruz, Señor Jesús,
C G C
moriste en vez de mí.
Cáliz de muerte y maldición
henchido para mí,
tomaste Tú con sumisión,
bebiéndolo por mí,
y su amargor volvió tu amor
en bendición por mí.
Su santa vara Dios blandió,
hiriéndote a Ti;
Dios mismo te desamparó,
para ampararme a mí.
Tu sangre, en don de expiación,
vertiste Tú por mí.
De Dios la cólera estalló,
cayendo sobre Ti;
el rostro Dios de Ti apartó,
para aceptarme a mí.
Por tu dolor, Jesús Señor,
no hay ira para mí.
Por mí, Señor, moriste Tú;
por tanto en Ti morí.
Tú vivo estás y vivo yo;
no hay muerte para mí.
Y por tu honor ¡oh Salvador!
hay gloria para mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario